- Usa palabras que sean de uso frecuente (nunca términos técnicos o abstractos) y acordes al público que va a leer tu recurso. Puedes usar un diccionario de frecuencia léxica para comprobarlo.
- Mejor palabras cortas y con sílabas sencillas que largas. Prescinde de aquellas palabras que no aportan información relevante al texto.
- Incluye un glosario para aclarar el significado de las palabras que sean difíciles de entender.
- Incluye también glosas: aclaraciones, explicaciones y comentarios en aquellas partes del texto que pueden ser difíciles de entender.
- Redacta el texto para que no haya confusiones de significado con las palabras homógrafas (las que se escriben igual pero tienen diferente significado) y las homófonas (suenan igual, se escriben diferente y tienen distinto significado).
- Usa palabras de otros idiomas solo cuando sean de uso frecuente y común.
- Evita usar siglas, acrónimos y abreviaturas, sobre todo si no son de uso frecuente. Si no tienes más remedio, explica su significado la primera vez que los uses.
- Evita usar adverbios acabados en -mente y los superlativos: mejor usar "muy".
- No uses verbos ni adjetivos sustantivados.
En esta guía puedes ver un ejemplo de las pautas sobre vocabulario:
- Glosario del coronavirus en Lectura Fácil, publicada por el Plena Inclusión.